By David Wilkerson Déjame mostrarte lo que le sucede a todo hijo de Dios que entra en una relación con persona amargada, injusta y rebelde. Hay consecuencias terribles. “Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat” (2 Crónicas 17:10). El reino de Josafat, Judá, fue bendecido y prosperado abundantemente, y nadie se atrevió a venir contra ellos. Pero después de que Josafat entró en una relación con Acab, dice la Escritura: “Acab…le persuadió [a Josafat] que fuese con él contra Ramot de Galaad…Y él respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra” (18:2-3). Josafat voluntariamente fue succionado hacia una guerra sin esperanza, de la que Dios no tenía parte. La palabra hebrea “persuadió” en este pasaje significa: “una seducción suave”. Josafat se dejó seducir en una guerra por Acab, respondiendo: “Yo soy como tú”. En otras palabras: “Yo soy tu amigo...
"Yo soy la Vid verdadera... (Juan 15)