"Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni aborrezcas su reprensión, porque el SEÑOR a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita." Proverbios 3:11-12 (LBLA)
Si eres hijo(a) de Dios, seguro que tu buen Padre te ha disciplinado. No es cierto que un verdadero creyente pueda hacer lo que quiera con su vida. La sangre preciosa del Cordero le ha comprado, limpiado y revivido, ahora tiene un Salvador, pero también, un Padre y Señor.
Es hermoso sentir como la presencia de Dios llena tu vida y te acompaña en el lugar más solitario de esta tierra. Pero es aún más hermoso saber y experimentar la disciplina salvadora del único Padre eternamente perfecto en amor, fidelidad, misericordia, sabiduría, etc.
Hay algo que un predicador llamó 'el Espíritu de Agar', en Génesis 16 podemos leer la historia de la familia de Abraham y todos los problemas que tuvo su esposa Sarai con la esclava egipcia Agar. Esta sierva fue usada para 'ayudar' a Dios a cumplir su promesa de dar hijos a Abraham. La historia nos muestra los problemones que pueden venir a nuestra vida cuando actuamos sin fe. La cuestión es que Agar no tenía opción, debía obedecer a su ama y darle un hijo, como era la costumbre en esa época. Pero ella comete un error, al verse en cinta, comenzó a despreciar a Sarai, su señora. El orgullo la engañó (Gn. 16:4). Es curioso que el nombre Agar significa 'huir' o 'errante'.
Su ama comienza a tratarla muy mal (16: 6) la esclava huye al desierto, donde la encuentra el ángel del Señor y le da una palabra muy especial:
Y el ángel del SEÑOR la encontró junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente en el camino de Shur, y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde has venido y a dónde vas? Y ella le respondió: Huyo de la presencia de mi señora Sarai.
Y el ángel del SEÑOR le dijo: Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad.
El ángel del SEÑOR añadió: Multiplicaré de tal manera tu descendencia que no se podrá contar por su multitud. El ángel del SEÑOR le dijo además: He aquí, has concebido y darás a luz un hijo; y le llamarás Ismael, porque el SEÑOR ha oído tu aflicción. (Gn. 16:7-11)
Al fin se cumple la palabra de Dios, pero debido a su naturaleza rebelde, Agar y su hijo son expulsados de la familia de Abraham años después. Aún así, es claro que El Señor tenía planes muy lindos para ella, pero debía regresar y obedecer a su ama, y sufrir la disciplina a su orgullo. El 'Espíritu de Agar' nos impulsa a huir de la disciplina de Dios, de situaciones duras e incómodas. Si nuestro Padre Celestial ve cómo el orgullo, el ego, va desviando nuestro camino, con toda misericordia enviará la disciplina. Pero la esperanza es segura: 'No huyas, vuelve a tu señora y te bendeciré'. ¡Sí, la disciplina del Señor es para bendición! no se complace en castigar, pero se deleita en perdonar y bendecir. Decía el predicador, ¿cuál es tu Sarai? será tu jefe en el trabajo, tu esposa(o), tus padres ¿quién te está afligiendo? no huyas, reconoce que Dios ha puesto personas como autoridad sobre ti, o te ha colocado justo en determinada situación para ser pulido tu carácter, para sacar la 'escoria de la plata' y dejarte puro y precioso(a). La rebelión siempre terminará en fracaso, la obediencia es la vida eterna. Cuál sea tu aflicción, no durará para siempre, aún en la disciplina, el gozo del señor es tu fortaleza. Amén.
'Porque todavía, en vuestra lucha contra el pecado, no habéis resistido hasta el punto de derramar sangre; además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA DISCIPLINA DEL SEÑOR, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL; PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO. Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos . Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad.
Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia'. (hebreos 12: 4-11)
Comentarios
Publicar un comentario