Lo Mayor del Mundo

Extracto del Libro: Lo Mayor del Mundo 
(La Cosa más Grande en el Mundo) Autor: Henry Drummond

Paciencia; gentileza; generosidad; humildad; cortesía, altruismo; buen carácter; inocencia; sinceridad – esto constituye el don supremo, la estatura del hombre perfecto. Observarán que todo se relaciona con el hombre, con la vida, con lo hoy conocido y lo cercano al mañana, y no con la desconocida eternidad. Oímos mucho sobre amar a Dios; el Cristo habló mucho sobre amar al hombre. Hacemos una gran cantidad de paz en el cielo; el Cristo hizo mucha paz en la tierra. La religión no es algo extraño o añadido, sino la inspiración de la vida secular, pero es la inspiración de la vida secular, la respiración de un espíritu eterno por medio de este mundo temporal. Lo mayor, en una sola palabra, no es una cosa en sí mismo, sino el dar un fin ulterior a la multitud de palabras y acciones que conforman la totalidad de cada día común. No hay tiempo para hacer más que una breve acotación sobre cada uno de estos ingredientes. 
Amor es Paciencia. Esta es la actitud normal del Amor; Amor paciente, Amor esperando comenzar; sin prisa alguna; tranquilo; listo para hacer su obra cuando vengan las llamadas, pero entre tanto portando los ornamentos de un espíritu humilde y tranquilo. El Amor todo lo sufre; todo lo cree; todo lo espera; todo lo soporta. Debido a que el Amor comprende, el Amor espera. Amor es Gentileza. El Amor activo. ¿Se han dado cuenta qué cantidad de la vida del Cristo fue empleada en hacer cosas gentiles – en simplemente hacer cosas gentiles? Recorran su vida con esto a la vista, y hallarán que pasó una gran parte de su tiempo simplemente en hacer feliz a la gente, en devolver bien a la gente. En el mundo sólo hay algo mayor a la felicidad, y eso es la santidad; y no depende de nosotros; sino que lo que Dios ha puesto bajo nuestro cuidado es la felicidad de los nuestros, y esto es algo que se logra principalmente al ser gentiles con ellos; nada más. ‘Lo mayor’, dice alguien, ‘que un hombre puede hacer por su Padre que está en los cielos, es ser gentil con alguno de Sus otros hijos.’ Me pregunto por qué no somos más gentiles de lo que somos. Cuánto lo necesita el mundo. Cuán fácilmente es hacerlo. Cuán instantáneamente actúa. Cuán infaliblemente es recordado. Cuán superabundantemente se devuelve a sí mismo – porque no hay deudor alguno en el mundo más honorable, más supremamente honorable, que el Amor. ‘El Amor jamás falla.’ El Amor es éxito, el Amor es felicidad, el Amor es vida. “Yo digo que el Amor es la energía de la vida.” (Browning) 

“Porque la vida, con todo cuanto lleva de gozo y pena, de esperanza y de temor, no es mas que nuestra oportunidad de tener: la recompensa de aprender a amar – como debiera ser el amor, como de hecho ha sido, y como es.” 

Donde está el Amor, está Dios. Aquel que habita en el Amor, mora en Dios. Dios es Amor. Por tanto, amemos. Sin distinción alguna, sin consideración alguna, sin demora alguna, ¡amemos! Derróchenlo sobre los pobres, lo cual es muy sencillo; especialmente sobre los ricos, quienes lo necesitan más; sobre todo sobre sus iguales, lo cual es muy difícil, y para quienes, quizá, lo dejamos al final. Hay una diferencia entre tratar de complacer y complacer. ¡Complazcan! No pierdan oportunidad alguna para complacer. Porque ese es el triunfo anónimo e incesante de un espíritu que verdaderamente ama. ‘Sólo una vez pasaré por este mundo. Por lo tanto, todo lo bueno que pueda hacer o cualquier gentileza que pueda enseñar a cualquier ser humano, permítanme hacerla ahora. No me permitan posponerla o negarla, porque jamás volveré a recorrer esta senda.’ 

Amor es Generosidad. El Amor no tiene envidia. Este sería el amor compitiendo con otros. Cada vez que logremos un buen trabajo, hallaremos a otros hombres haciendo el mismo trabajo, y quizá haciéndolo mejor.
La envidia es un sentimiento de mala voluntad hacia aquellos que están en nuestra misma línea, un espíritu de ambición y difamación. Qué mezquina labor la de siquiera protegerse contra un sentimiento anti-Cristiano. Los más despreciables de todos los indignos humores que nublan un alma Cristiana nos espera con toda seguridad en el umbral de toda obra, a menos que seamos fortalecidos con esta gracia de magnanimidad. Verdaderamente el Cristiano sólo puede envidiar una cosa, y es, el alma generosa, grande y rica que ‘no envidia.’ 
Y luego de haber aprendido todo eso, tenemos que aprender lo siguiente: Humildad – a poner un sello sobre nuestros labios y a olvidar cuanto hemos hecho. Después que hayamos sido gentiles, después que el Amor se haya vertido sobre el mundo y haya hecho su hermosa obra, regresemos de nuevo a la sombra y no digamos nada al respecto. El Amor se esconde aún de sí mismo. El Amor renuncia aún a la auto-satisfacción. El Amor no es jactancioso, no se envanece. 

El quinto ingrediente es eso raro de hallar en este summum bonum: Cortesía. Esto es, Amor en sociedad. Amor en relación con la etiqueta. El Amor no hace nada indebido. La urbanidad ha sido definida como amor en la frivolidad. De la cortesía se dice que es Amor en las cosas pequeñas. El único secreto de la cortesía es amar. El Amor no puede hacer algo indebido. Podríamos poner a la persona más inculta dentro de la sociedad más alta, y si tiene una reserva de Amor en su corazón, no se comportará indebidamente. Sencillamente no podría. Carlyle dijo de Robert Burns que no había hombre más cortés en Europa que el poeta campesino. Y se debía a que amaba todo – al ratón, a las flores, todas las cosas, grandes y pequeñas, que Dios había creado. Así, con este sencillo pasaporte él podía rozarse en cualquier sociedad, y entrar a cortes y palacios desde su pequeña cabaña en las márgenes del Ayr.
Ustedes conocen el significado de la palabra ‘caballero.’ Quiere decir, un hombre gentil – un hombre que hace todo con cortesía, con Amor. Y ese es todo el arte y el misterio de la cortesía. El hombre cortés, el caballero, no puede, de acuerdo a la naturaleza de las cosas, llevar a cabo algo no-cortés, alguna cosa no-cortés de caballeros. El alma no-cortés, la naturaleza inconsiderada, hostil, no puede hacer mas que eso, mas ‘el Amor no hace nada indebido.’ 
Altruismo. El Amor no busca lo suyo. Observen: No busca siquiera aquello que es suyo. En Inglaterra el caballero está dedicado, y justamente, a sus derechos. Pero llega el tiempo cuando un hombre debería ejercitar aún el derecho más alto: el de renunciar a sus derechos. Así Pablo nos invita a renunciar a nuestros derechos. El Amor golpea más profundo. Nos obliga a no buscar, a ignorar, a eliminar completamente los elementos personales de nuestros cálculos. No resulta difícil renunciar a nuestros derechos. Frecuentemente son exteriores. Lo que sí es difícil es renunciar a nosotros mismos. Todavía lo más difícil es no buscar cosas para nosotros mismos. Después que las hemos buscado, adquirido, ganado, merecido, hemos tomado de su crema para nosotros mismos. Poca cosa, entonces, renunciar a ellas. Pero el no buscarlas, contemplar a cada hombre no en sus propias cosas, sino en las cosas de otros – verdaderamente es otra cosa. Dice el profeta: ‘¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques.’ (Jer.45:5) ¿Por qué? Porque no hay grandeza en las cosas. Las cosas no pueden ser grandes. Lo único grande es el Amor altruista. Aún la renuncia personal en sí misma es nada, es casi una falta. Sólo un gran propósito o un amor más poderoso pueden justificar el erial. Repito que es más difícil no buscar lo nuestro de por sí, que habiéndolo buscado, renunciar a ello. Debo regresar a esto. Sólo es verdadero de un corazón parcialmente egoísta. Nada es penoso para el Amor, y nada es difícil. Creo que el yugo del Cristo es fácil. El yugo del Cristo es su propia manera de considerar la vida. Y creo que es una manera más sencilla que otras. Creo que es una forma más feliz que otras. La lección más obvia en las enseñanzas del Cristo es el que no hay felicidad en tener, y en conseguir todo, sino sólo en dar. Repito: no hay felicidad en tener o en conseguir, sino sólo en dar. Y la mitad del mundo está en el sentido equivocado, en la consecución de la felicidad. Piensan que consiste en tener y conseguir, y en ser servido por otros. Consiste en dar y servir a otros. Aquel que desea ser feliz, recordémosle que sólo hay un camino – es más bendecido, es más feliz el dar que el recibir.

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Tomado de: https://mbeinstitute.org/espanol/articles/LOMAYOR.pdf

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