Un infierno en Sinaí



Al monte Sinaí también se le llama HorebSu nombre nos habla de una tierra vacía, desocupada o inútil. en Hebreo, significa 'seco, desolado'. 

Cuando pensamos cuál es la enseñanza de esta jornada, cuál podría ser el lugar más seco o desolado de la tierra, podemos concluir que es el Infierno. Leemos lo que se dice de ese terrible lugar en Isaías 34:10 "No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella". Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La gente no quiere creer en la existencia del infierno, pero en toda la Biblia hay alrededor de 400 versos que lo confirman. es más, el Señor Jesús habló mucho de este lugar durante su ministerio terrenal, por ej. Lucas 16, Mateo 5:30; 10:28; 5:22; 23:33 etc. 
En este mundo hay tanto dolor e injusticia...muchos que sufren dicen que ya están en el infierno, pero ¡oh cuán lejos está de ser cierto! Efesios 4:8-9 dice que Jesús descendió a las partes más bajas de la tierra, él pagó nuestro castigo por el pecado yendo al infierno, luego el Padre le resucitó en gloria. He aquí unos datos sobre este lugar de tormento por los estudiosos de la Biblia:
  • Se ubica a unos 6,000 Km debajo de nuestros pies.
  • Su boca está abierta sin medida, y atrae a todos como un torbellino.
  • Ninguna persona podrá salir de allí.
  • Mt.21:45 su fuego es eterno.
  • Es seco, ni una gota de agua.
  • No hay esperanza. Job 11:15, Pr.11:7
  • Hay bestias, demonios, Satanás y gente llena de odio.
  • No hay misericordia ni de día, ni de noche.
  • Mt.25:30 no hay ni un solo atisbo de luz.
  • 2 Tes.1:9 Sólo hay exclusión y destrucción. Pr.7:2
Hay muchos testimonios en nuestras congregaciones y en el Internet, sobre personas que regresaron de la muerte y fueron al infierno por algunas horas, confirmando que lo que la Biblia dice acerca de él es cierto. No cabe en la imaginación humana lo que sería pasar la eternidad allí, y nosotros llegaremos a experimentar situaciones como estar en Sinaí, donde todo es seco, desolado y deprimente, porque Dios en su infinita misericordia nos quiere recordar que existe un lugar que es el padre de todos los terrores, en donde muchas almas caen constantemente, día y noche, para no salir jamás.
Esta parada en Horeb(Sinaí), debe darnos un fuego ardiente en el corazón para amar e interceder por las almas que se pierden. ¿Qué sabes tú, si acaso podrás hacer que se salven muchas almas, porque pagaste el precio ante el Trono Celestial, incluso por años, orando por todas las personas que se cruzaron en tu camino?
Testimonio: Un hombre estaba muy feliz de haber conocido al Señor y le entregó toda su vida a Cristo, sin reservas. Éste tenía un hermano mayor que odiaba el evangelio y a los pastores, sobre todo, por el mal testimonio que veía en su pueblo de estos líderes. Era una lucha diaria para el nuevo convertido tener que lidiar con los insultos y las injusticias que el hermano mayor cometía contra él en la casa y en el trabajo. Pasaron ¡15 años! hasta que el Señor, en su inmensa sabiduría, contestó la oración de su hijo, salvando al hermano mayor.
El cristiano le pidió el favor a su hermano, de transportarlo hasta el lugar de la reunión esa noche. De muy mala gana, el hermano mayor accedió y lo llevó en su motocicleta hasta la capilla de oración.
Después de predicar un mensaje muy sencillo y humilde, se hizo un llamado a salir hasta el altar para recibir a Cristo como su salvador. El hermano mayor se levantó para salir de la capilla cuando, de repente, sintió un dolor muy fuerte en la espalda, como si lo empujaran con algo puntiagudo. Cada vez que quería dar la espalda y huir, sentía ese agudo dolor en la espalda y así tuvo que seguir caminando hasta llegar al altar. El predicador oró por los que salieron y luego fue guiado por el Espíritu Santo a imponer manos sobre ellos. Cuenta el hermano mayor que, sintió un fuego que bajó desde su cabeza hasta los pies y luego volvió a subir, rompiendo todas sus cadenas espirituales. Después sólo quería estar en la presencia de Dios y salir a predicar con su hermanito, ¡que tanto había despreciado! 
No perdamos la fe, sigamos luchando en oración por nuestras familias que no han sido salvadas por la gracia divina, y por todos aquellos que se crucen a lo largo de nuestra vida terrenal. La recompensa no será inferior a la espera, la paciencia o las lágrimas derramadas. 


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