El Dios Que Se Arrepiente


Extracto del libro: la Victoria Final | pág. 323-324 
Autor: Marvin Byers

...Algunos podrían declarar con vehemencia que Dios nunca cambia. Pero no podemos omitir una de las características más sobresalientes de Dios, que se revela en toda la Biblia. En cuanto a Nínive, la Biblia dice:

"y [Dios] se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jn. 3:10). El no solo cambió de parecer con Nínive, sino que, en toda la historia, Él cambió de parecer muchas veces, en cuanto a Su propio pueblo.  Él le dijo a Moisés: “Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande" (Ex. 32:10). Después que Moisés imploró a Dios que no destruyera a Israel, dice: "Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo" (Ex. 32:14).

En Ezequiel 20, el Señor dice que cuatro veces decidió destruir a Israel, entre su tiempo en Egipto y cuando entraron a Canaán. En cada caso, Él después decidió no hacerlo. En Amos 7:1-6, dos veces el Señor le mostró al profeta Amós el juicio que traería sobre Israel. En ambas ocasiones, Amós rogó a Dios que cambiara de parecer.  Ambas veces dice: “Se arrepintió Jehová” y Él dijo: "No será esto"(Amós 7:3,6).

¿Cómo puede ser esto? Alguien preguntará: "¿Acaso esto no hace que Dios parezca inestable?" La verdad es que esto es parte de la naturaleza del Señor. En Jeremías 18, Él explica la razón de esto. Allí Él le dijo al profeta que fuera a la casa del alfarero. La vasija que el alfarero estaba formando en la rueda en ese momento se arruinó en sus manos, pero el alfarero hizo de ese barro otra vasija “según le pareció mejor hacerla" (Jer. 18:4). Luego, el Señor explicó: "En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles” (Jer. 18:7-8). Esto revela el corazón de un Dios misericordioso. Él no se deleita en castigar. En el instante cuando una nación o una persona se vuelva sinceramente  a   Dios  en   arrepentimiento,  el  Señor   responderá "arrepintiéndose del mal" que había planificado hacerle.

Una de las realidades más asombrosas que se revelan en la Escritura es que el Señor a veces se arrepentirá del juicio, incluso, si una sola persona Ora—como sucedió cuando Moisés y Amos intercedieron por Israel. ¿Cuántos intercesores arrepentidos se necesitan para salvar su país? Quizás no muchos; pero, ¿hallará siquiera Él esa cantidad? 
¿Será usted uno de ellos? Tan solo diez justos habrían podido salvar a Sodoma, una de las ciudades más perversas en la Historia antigua, ¡pero Él ni siquiera pudo hallar diez!

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