El énfasis del libro de los Hechos es la vida apostólica. La vida que está disponible para todo aquel que ha nacido de nuevo, para el creyente.
He. 3:1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús...¡El que tenga la Vida de Cristo en su ser, es un apóstol!
Apóstol -> Uno que ha sido enviado. Y ¿a qué hemos sido enviados? Juan 20:21 Este verso de Juan podría ser la introducción al libro de lo Hechos. Fuimos enviados a vivir una vida apostólica y no sólo tenemos el mandamiento, pues Jesús les dice: recibid el Espíritu Santo - ¡Tenemos el poder de llevar esa vida! y no se refería solo a los 12 apóstoles ya que en Jn. 14:12 les asegura: El que en mí cree...mayores obras que estas harán.
Hch. 1:1-2 El Señor Jesucristo enseñó a sus apóstoles lo que Él ya había vivido, no era simplemente una orden dura y exigente de un rey imperioso. En Hch. 2:42 ellos también vivían según la doctrina, la forma de vivir que el Hijo de Dios ya había mostrado en carne propia a todos sus discípulos.
¿QUIÉNES SERÁN ENVIADOS?
A. Los que pasan tiempo con él.
En Mr. 3:14-15 cuando el Señor Jesucristo establece doce apóstoles fue para:
1. Estar con Él.
2. Ser enviados.
Muchos queremos ser enviados a las naciones y ganar muchas almas para Cristo. Que todos sepan de nuestro ministerio y los dones hermosos que hemos recibido: don de sanidad, profecía, etc. El problema es que no queremos pasar por este tiempo de intimidad y preparación antes de ser enviados.
Por ejemplo, en Gál. 1:17-18 vemos que Pablo pasó mucho tiempo con el Señor, pero sobre todo al final de su vida, porque estaba preso. ¡Cuántos encuentros con Dios tendría Pablo en esa cárcel!, ¡cuántas revelaciones y cartas pudo escribir para todos los creyentes! y nosotros, somos el fruto de ese ministerio el cual fue dado a luz con dolores de parto a costa del encarcelamiento de un hombre que no rechazó el llamado de sufrir por el Reino de Dios.
La vida apostólica sigue los pasos de Jesucristo al calvario y no deberíamos quejarnos, pues es un gran privilegio ser parte de los padecimientos de Cristo, 1 Pe 4:13 dice: sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
Un hombre en diálisis renal dijo:
Al principio del tratamiento me quejaba mucho, pero me detuve cuando comencé a pensar en la crucifixión, porque cuando llego a la clínica me ayudan a quitarme el abrigo, pero a Jesús le despojaron brutalmente de sus vestidos.
Las enfermeras me dijeron palabras amables, pero Jesús solo escuchaba gritos de: ¡crucifícalo!
Me dieron jugo para beber, pero a Jesús le dieron vinagre. Apenas pude sentir el pinchazo de la aguja que pusieron en mi vena, pero a Él lo atravesaron unos clavos.
La máquina de diálisis limpió mi sangre, pero la Suya se ensució con mi pecado. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=HZJEuiI-INQ
Rm. 8:29 es un resumen breve de un importantísimo mensaje para nosotros: DIOS QUIERE QUE SEAMOS CONFORMADOS A LA IMAGEN DE SU HIJO.
B. Los que fracasaron en su vida espiritual.
Ese es nuestro sentir casi constante en la vida cristiana, que somos fracasados. Los discípulos veían su necesidad; ellos abandonaron al Señor en la cruz y fueron cobardes. Esta amarga experiencia los convirtió en hombres humillados que ya no confiaban en la carne. Recibieron una visión espiritual que no tenían antes. Luego, cuando el Señor se revela a ellos resucitado, entonces los consuela, capacita y los envía...SI EL SEÑOR VA ENVIARNOS, SEREMOS APLASTADOS, o no seremos enviados.
En Mt. 5:3 Él envió a hombres pobres en espíritu. ¿Podemos ver la sabiduría de Dios al permitir cada fracaso de sus discípulos? EL FRACASO HACE ALGO EN EL CORAZÓN, QUE EL ÉXITO NUNCA LOGRA. ESE ES EL PROCESO PARA LLEGAR A SER ENVIADOS -> APÓSTOLES.
LA MEJOR RAZA SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA, ES Y HA SIDO, UN FRACASO TOTAL -> es lo que Dios quiere mostrarnos. Si dejamos que el Señor nos trate, y le seguimos buscando, quizá seremos usados en el fin. Tal vez Él utilice algunos de los fracasados de la iglesia gentil en la cosecha que viene. El Señor está tratando de aplastarnos, a ver si servimos en Su reino.
¿Eres un fracasado o fracasada? ¡eres candidato(a) para ser enviado(a)! Pues el fracaso acaba con nuestro orgullo y vuelve nuestros ojos hacia Dios, el único digno de fama y reconocimiento.
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